Se acaban de cumplir los cuarenta años del fallecimiento del gran artista jaenero Lorenzo Goñi Suárez (Jaén, 25-enero- 1911- Lausana, 28-febrero-1992), dibujante, pintor, Ilustrador, grabador, cartelista, cuya fama a nivel nacional no se corresponde con el escaso reconocimiento qie se le tiene en su tierra natal, salvando autores como Manuel Urbano, Miguel Viribay, Vicente Oya, etc. Por eso nos parece un indudable acierto de la Fundación CAJAGRANADA en Jaén que haya programado, a instancias nuestras, esta significativa, aunque limitada, exposición centrada en la «Tauromaquia onírica» gentilmente cedida por el Museo Taurino «Francisco Montes Paquiro», de Chicalana de la Frontera, y en dibujos y grabados de nuestra colección.
Como hemos señalado, Lorenzo Goñi nació en Jaén, en la calle Josefa Sevillanos 1, residencia de sus abuelos maternos, hijo de José Goñi Falces y de Ángeles Suarez del Arbol, pero pronto se trasladó a Barcelona. Muy joven contrajo una enfermedad que le provocó sordera que padeció toda su vida y que le hizo ser retraído y con un enorme mundo personal. Se formó en academias y en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge de la ciudad condal. Durante la guerra civil se afilió al Sindicato de Dibujantes de UGT, realizando carteles propagandísticos. Finalizada, empezó a trabajar en periódicos y revistas del SEU de Pamplona y Madrid, firmando con los apellidos Suárez del Árbol. A partir de 1950 empieza a dibujar para “Pueblo”, volviendo a firmar con su primer apellido, y desde 1952 a 1981 lo hace para ABC. Colabora en numerosas publicaciones humorísticas, como “La Codorniz”. Perfecciona su dedicación al grabado calcográfico en Madrid, y emprende una amplia carrera como ilustrador (libros de Cela, «Marcelino Pan y Vino», «El diablo cojuelo», etc.) que culmina con el “Quijote” editado por Ediciones Rialp SA en 1980, con 126 ilustraciones, 32 a color. Galardonado con numerosos premios fijó su residencia en Cuenca, a la que dibuja y graba incesantemente. Casado con Conchita Picher y padre de Inés, su única hija, con la que pasó sus últimos años en Suiza, guardadora de su legado artístico.
La «Tauromaquia onírica» cedida por el Museo chiclanero, lo que agradecemos a su director Pedro Leal, es una maravilla de calidad en la estampación, llena de genialidad en el dibujo y en los temas. Realizada por una beca de la Fundación March en 1962, consta de 12 estampas y un grabadillo de portada. La inclusión de la Tauromaquia en el grupo de los humoristas, como «humor ácido», en el célebre Cossío, aunque reconoce que «son una docena de estampas taurinas realmente impresionantes, en las que la fiesta deja de serlo para convertirse en tragedia y pesadilla», nos parece que le han restado categoría a estas maravillosas estampas, pues entendemos que es una visión dramática de la corrida, nunca en clave de humor como puede ocurrir en tantos dibujos suyos, como también reconoce Cossío, y que no resalta debidamente la magnifica calidad de la estampación, como podemos admirar en la muestra y que no puede observarse en las reproducciones de libros y catálogos. Goñi es un grabador a nivel de los mejores, puente, como se ha dicho, con Goya y Picasso.
Junto a la anterior, hablar de nuestros pequeños grabados es superfluo. No obstante, queda la belleza de «El diablo de la luna llena», la gracias de algunos «remarques» y la originalidad de los dibujos, uno de los cuales hemos conseguido con la firma de Suárez del Árbol. Seguir hablando de Lorenzo Goñi Suárez y su obra sería hacer interminable esta presentación, por lo que nos remitimos a nuestra conferencia «Goñineando en su centenario». Vayan, ahora, nuestro deseo de éxito a la exposición y nuestro agradecimiento a la Fundación CAJAGRANADA»
Guillermo Sena Medina
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